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Ley de Briffault

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Publié le 06 Nov 2020 / Dans Organismes à but non lucratif et activisme

⁣“Ley de Briffault: Cuando una mujer ya no obtiene ningún beneficio de su asociación con un hombre, esta asociación termina”
En este corto de 6 minutos el ilustre Observador nos habla sobre la Ley de Briffault, también conocida como Ley del Harén o Ley del 80/20
Cuando en una sociedad humana no hay absolutamente ninguna regla social o religiosa que controle el impulso sexual de las personas, estas actúan de la siguiente manera:
Macho alfa dominante
Estos son los más poderosos del grupo, expulsan a los hombres inferiores y protegen a las mujeres del mundo exterior. Como el hombre produce una cantidad teóricamente infinita de esperma se dedica a fecundar a tantas mujeres como le sea posible, un hombre puede fecundar mujeres todos los días. Los hombres dominantes tienen otras opciones femeninas y pueden elegir, este es un problema para las mujeres y por eso intentan resaltar sus atributos (maquillaje) para poder seguir jugando y aun cuando ya tengan familia y sean mayores de edad seguirán intentando participar en el juego pues para ellas el hombre alfa es irresistible.
Macho Beta Proveedor
Estos esperan el momento de eliminar al macho dominante y quedarse con las hembras de su harén. Una mujer puede aparearse con este hombre Beta cuando éste le permite acceso a sus recursos. No tiene los rasgos físicos de un macho dominante, pero le entrega a la mujer sus recursos a cambio de sexo. Ella jamás respetara a su hombre proveedor porque no es dominante y porque se ha dejado engañar por ella y una vez que logre convencerlo de criar a sus hijos ella lo abandonará e intentará buscar favores sexuales de un hombre dominante.
La estrategia sexual de las Hembras
Éstas se aparean con los machos dominantes para pasarle los mejores genes a sus hijos. Las mujeres sólo producen un óvulo al mes y una vez fecundadas gestarán a un niño durante 9 meses, por eso en general las mujeres son más difíciles que los hombres pues el riesgo es más elevado para ellas. Si la mujer pierde este juego debe esperar casi un año antes de volver a jugar, con la dificultad añadida de que debe encontrar un hombre que se ocupe además del hijo de un desconocido, por esta razón las mujeres son más exigentes que los hombres.
La estrategia ideal de la mujer es hacerse fecundar por un hombre dominante y hacer creer al hombre proveedor que ese hijo es suyo de tal forma que el hombre proveedor comparta sus recursos con ella y con el hijo de otro.
Aunque ahora la mujer ha sido liberada sexualmente gracias a los métodos anticonceptivos esto no significa que ellas se lo pongan más fácil a los hombres. Al contrario, dan rienda suelta a su sexualidad pero siguen actuando como si tuvieran un hijo que proteger, lo que ha degenerado en arrogancia, vanidad y egocentrismo en la mujer moderna.

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